jueves, 13 de marzo de 2014

Campeonato de España de Veteranos de Campo a través - Jerez


Ahora a toro pasado te das cuenta de que el tiempo pasa rápido… cuando estás en la vorágine del día a día, tienes objetivos en mente, la fecha concreta en el calendario, el tiempo pasa lento, parece que nunca llega pero no es cierto… al final ¡vuela!
Bueno, al grano que últimamente estoy bastante perezosa para escribir y se me acumulan las crónicas pero es que a veces utilizo este blog para desahogarme simplemente por situaciones personales, laborales o lo que sea… quizás de alguna forma enmascarado por el atletismo, que al final es de lo que trata este blog “diario”.
Pues pasó el Campeonato de Madrid de cross corto en el que nos clasificamos para el de España y en principio, por seguir mejorando a nivel competitivo, me apunté también al largo, que era justo dos semanas después pero de forma individual, a ver si podía probar mi estado de forma y salir con un poquito más de moral. Dicho esto, esas dos semanas transcurrieron más o menos normal.
La semana del 20 al 26 de enero no fue especialmente dura: con días de carrera continua, los circuitos de fuerza, algún fartlek y tan sólo el sábado en el que hubo series (3000 + 2x2000) y que a decir verdad, no salieron muy bien (alrededor de 4:20 más o menos).


Así llegué a la siguiente semana del 27 de enero al 02 de febrero, en la que supuestamente competiría: dicho esto fue una semana casi de descarga, tranquila, con carrera suave y con 4x1000 el miércoles que salieron también en la misma línea (como a 4:10), con lo que la motivación era bastante poca, añadido además a que tenía molestias en el isquio y no me dejaban ir bien. Así pues, no me sentí con fuerzas de competir el domingo en el cross largo, con lo que cambié la competición por otro día de series con amigos (2x2000 + 2x1000) que al final, a pesar de mi empeño y mis molestias, salieron más o menos por lo mismo, lo que me estaba dando indicios de que algo no iba bien y no había mucha mejoría.
La siguiente semana del 03 al 09 de febrero fue algo más intensa o al menos, algo diferente: carrera continua, circuitos de fuerza y unas series cortas (dos bloques de 5x400) que no salieron como para lanzar cohetes pero al menos me fueron situando un poco. Hasta que el sábado en un entreno algo más exigente, pero también divertido, con mis compañeras de equipo: un calentamiento, técnica de vallas y unas series (4x200 + 2000 + 1000 + 500), me volví a dar cuenta lo lejos que estaba de mi objetivo y cómo mi forma física iba decreciendo. Fue un golpecito que me hizo bajar la moral, no obstante… había que seguir.
Y llega la última semana del 10 al 16 de febrero antes de la competición, el Campeonato de España de veteranos de campo a través por clubes, en Jerez. Aunque no fuera una competición clave dentro de “mi calendario”, era importante para el equipo, así es que a pesar de que estaba fatal de forma, tenía que ir e intentar dar todo lo que pudiera porque nunca se sabe dónde puedo ser necesaria. Esa semana hubo algo menos de carga, aunque se mantuvieron los circuitos de fuerza, alguna potencia aeróbica y de nuevo, unas series cortas (500 + 400 + 300 + 200) que siempre te dan un poquito de chispa y que yo creí las había hecho más o menos decente y resultó que “fueron bastante flojas” pero en fin, no se pueden pedir peras al olmo.
Con todo esto y pocas ganas, allá que me fui a Jerez en lo que iba a ser un viajecito algo accidentado. Por motivos personales de otra índole me fui sola en tren, mientras mis compañeras se fueron en coche por la mañana, con lo que fue un poco un viaje de reflexión conmigo misma analizando lo que estaba ocurriendo aquellos días… no es muy recomendable dejar que la mente vaya y venga a sus anchas, porque sacas conclusiones y te das cuenta de ciertas cosas que nos son fáciles de digerir. Y no sólo a nivel individual, sino también en mis relaciones “cercanas”, las cosas no estaban yendo bien, con lo que me invadió una tristeza y una decepción que prácticamente me controlaría todo el fin de semana.


Aún así, el viaje fue tranquilo, un AVE hasta Sevilla, otro tren hasta Jerez y en la estación mis compañeras esperándome… ¡con la que caía! ¿quién dice que en el Sur no llueve? Prácticamente se pasó toda la tarde y toda la noche lloviendo, lo que provocó un circuito blando, con barro y muy resbaladizo. En definitiva, después de la llegada al hotel (que estaba en el mismo estadio y prácticamente dentro del mismo hipódromo donde se celebraba la carrera), nos fuimos a trotar los 30 minutos de rigor del día de antes, reconociendo circuito y terreno… que como he dicho era típico de cross salvo porque era extremadamente llano y rápido, giros muy amplios sin cuestas, sólo 2 km de vuelta que recorreríamos tres veces. No había mucho ambiente, más bien poca gente, estaba muy tranquilo y tan solo saludamos a nuestros amigos del Canguro que estaban por allí rodando también. Así pues después de eso, con toda la lluvia que seguía cayendo, nos fuimos a cenar en busca de algún sitio chulo.
La verdad que poca oferta nos ofrecía Jerez, quizás por la lluvia y la oscuridad de la noche, no vimos mucho ajetreo, era un poco desolador pero no obstante, tras muchas vueltas, encontramos un italiano en el que cenamos estupendamente y pasamos un rato agradable con nuestros compañeros del CAF que también competían. Paseíto y vuelta a dormir al hotel, hasta el día siguiente.



Amanece despejado aunque fresco, con ánimos y con conjeturas sobre cuál puede ser el resultado, nos vamos a desayunar al único bar que había abierto por allí cerca, que a pesar de no tener un gran aspecto, tiene una gran variedad de desayunos… así es que por mi parte un té con leche y un rico mollete tostado con aceite y tomate son toda mi gasolina, no quise hacer experimentos y tampoco quise quedarme corta pero, sin embargo, desayuné algo tarde y con sólo dos horas de digestión con lo que me sentó mal y me estuvo pesando durante toda la carrera (en fin, tendré que aprender de estas cosas porque todavía no he encontrado el desayuno perfecto para antes de una competición, eso sí… mínimo tres horas). Terminamos, nos vamos al hotel, nos equipamos y ¡alé! ¡al circuito!
Una vez en el circuito empezamos a calentar todas juntas, pero no conseguí centrarme y viajaba entre mis propios pensamientos y la conversación con las chicas que iban analizando a los otros equipos según los íbamos viendo rodar (prácticamente sabíamos cuál sería el resultado), estaba allí pero no estaba, era un poco raro constantemente me preguntaba “¿por qué? ¿qué he hecho mal?” y a la vez me decía “disfruta y pásatelo bien”, así es que simplemente me dije “sabes dónde está tu puesto, simplemente tienes que resistir, hacerlo lo mejor posible y acabar… si puedes ayudar en algo bienvenido sea, es tu papel no pretendas nada más, sólo ¡corre!”, supongo que yo misma me había echado las cartas y no esperaba más.
Por fin vamos a cámara de llamadas, correríamos junto con los hombres de categoría M55, así es que allí estábamos todos intentando paliar el frío y las nubes de la mañana (esperemos que no llueva) con los últimos progresivos y en un ambiente distendido. Pues ale… a la salida y que se reparta la suerte. Suena el disparo y salimos a un ritmo rápido pero no excesivo, así es que me coloco detrás de mis compañeras pensando en que tengo que regular, que no tengo que excederme y que me quedan 6 km por delante que había correr lo mejor que pudiera. Allí que pongo mi ritmo y veo como Carmen, Inma, Silvia y Sofía se van, Mar estaba por detrás pero pronto me alcanzaría también y me pasaría… intenté seguirla pero me fue imposible, no iba, sólo pretendía resistir. Primera vuelta, no llevaba muy buenas sensaciones, el desayuno ya estaba haciendo estragos y eso me estaba penalizando a la hora de llevar la respiración, el circuito estaba bien, los clavos agarraban sin problemas y veía que la carrera estaba siendo bastante rápida, nombran a la primera corredora del Nerja (lo esperado). Segunda vuelta (la misma corredora en cabeza), escucho la campana y pienso “venga que sólo queda otra, tienes que aguantar”, así es que eso hago, voy prácticamente todo el tiempo con un compañero de carrera del Lynze Parla, con el que me fui dando relevos (gracias por ese apoyo), mientras escuchaba algunos ánimos de antiguos compañeros del Canguro (gracias chicos). Y con todo eso voy tirando y soportando las piernas que ya no me van hasta que escucho el final de carrera que la gana la corredora que siempre había ido en cabeza, escucho entrar a la segunda y a la tercera, ninguna es de nuestro equipo, pienso en mis compañeras y me digo “¡guau, vaya nivel que hay aquí entre veteranas! ¡venga chicas a por todas, corred!”, sé que ellas pueden hacerlo y lo harán muy bien. Último giro, últimos metros, intento apretar y mi compañero de carrera me dice “tira tú que yo no puedo seguirte” y aunque intento animarle y tirar de él, se queda y yo voy con todo lo que me queda hasta el final, por fin entro después de todas mis compañeras, en un tiempo de 24.45, bueno… satisfecha por haberlo conseguido, por no haber abandonado y por haber corrido algo más de 6 km a ritmo de 4:03 (algo casi impensable para mi estado de forma del momento).




Al final la carrera fue bastante disputada, aunque las primeras posiciones estuvieron cubiertas por la mayoría de chicas del equipo de Nerja, el segundo equipo de Cantabria metió a sus corredoras más seguidas con lo que finalmente ganaron por un punto y se clasificaron primeras. Nosotras fuimos las terceras, tal y como habíamos pronosticado durante el rodaje los dos equipos primeros fueron de una calidad magnífica… así es que mi enhorabuena. Por nuestra parte, nosotras estábamos muy contentas y con un subidón de impresión porque siempre mola ganar algo, siempre es una pasada subir al pódium, es el premio al esfuerzo y eso es algo muy reconfortante. Total que nos dicen que los premios se darán al final de todas las carreras, con lo que teníamos tiempo de ir al hotel, ducharnos y recoger las cosas para salir pitando de vuelta a Madrid en cuanto nos colgaran las medallas. Y sin embargo… mientras estamos terminando de recoger escuchamos por megafonía, en la lejanía, que nos están llamando, nuestros compañeros nos llaman por teléfono para avisarnos… “¡pero qué dicen! ¡si nos dijeron que era más tarde! ¡vamos chicas a toda leche!”, así es que con esas salimos como alma que lleva el diablo del hotel y corre que te corre hasta la zona de entrega de premios, ¡qué estrés! ¡vaya ajetreo el nuestro! Llegamos con un solazo de impresión, el día había cambiado radicalmente y la temperatura era magnífica, así es que los chicos de la última carrera iban a disfrutar de un buen clima. Subimos al pódium, recogimos nuestro premio, nos hicimos las fotos de rigor, vimos y animamos en la última carrera y por fin de vuelta a casa “a ver si podemos llegar pronto, mejor no nos entretenemos”.
Pero qué bonitas intenciones esas porque a poco y no llegamos a casa. Y es que cuando estábamos a 30 km de Jerez, el coche se nos estropea, empieza a calentarse, huele a quemado, nos paramos y nos damos cuenta de que pierde agua… ¡uuuuusshh, mal rollito! Pero nada más lejos de la realidad, el ambiente, la tranquilidad y los buenos ánimos con los que afrontamos la situación, hicieron que aquello fuera una gran experiencia, así es que paramos en un restaurante y aprovechamos a comer mientras gestionamos “la asistencia”. En fin, os podéis imaginar… viene la grúa que se lleva el coche, luego nos recoge un taxi que nos lleva de vuelta a Jerez (creo que el taxista acabó bastante escandalizado), pillamos un coche de alquiler y aquellos 30 km los recorrimos tres veces entre risas, bromas y la alegría de haber pasado un buen fin de semana, por haber corrido como campeonas, llevarnos nuestro premio y desde luego, una experiencia más a la mochila… yo sigo flipando.














Yo por mi parte, estoy muy orgullosa de pertenecer a este gran equipo, no solo por su calidad atlética, que es mucho, sino por la calidad humana que tienen estas chicas, demostrando que no hay problema grande, que todo depende de cómo se afronten las cosas y sobre todo, de que la actitud lo es todo para ver el vaso medio lleno o medio vacío… sí, algo que sabemos todos pero que muy pocas veces ponemos en práctica. A pesar de llegar casi a las doce de la noche y reventadas, de tener que madrugar al día siguiente… me llevo un gran recuerdo de ese fin de semana, pensamientos madurados y muy contenta de haber estado allí.
¡Gracias chicas! ¡Sois grandes!
Y por supuesto mi enhorabuena a todos los equipos que participaron, que lo dieron todo y que subieron a esos pódiums porque entre ellos había grandes amigos, como los chicos del Canguro, Sporting de Hortaleza, AD Marathon… ¡felicidades amigos!