miércoles, 20 de julio de 2011

The finish

Dice el dicho “todo lo que empieza, acaba”.

Y es que, nos guste o no, con un resultado o con otro, siempre se llega a un final que nos obliga a hacer un balance del tiempo atrás, de lo ocurrido y en consecuencia, es necesario tomar ciertas decisiones, que aunque aveces no son las que querríamos en ese momento, quizá sean las más acertadas para en un futuro, aunque siempre nos quede la duda, pero… “qui lo ça?”.

Yo hubiera seguido entrenando un poco más, quizá una semana, quizá dos… ¿cuántas más? No lo sé. Se me plantean las dudas “¿no me estaré quedando corta?”, “¿perderé mucho la forma?”, “¿habrá sido suficiente?” y es que no nos damos cuenta, pero entramos en una montaña rusa de sensaciones, unos días estamos arriba y otros abajo, de querer y no poder, de no saber qué hacer, hemos llevado el cuerpo y nuestras fuerzas hasta la extenuación y hasta que llega alguien y te dice “¿no crees que deberías parar?”.

Y te ves en “tu punto de inflexión”. El mío consistió en una visita al fisio donde vi toda la constelación de estrellas habida, por haber y más allá (que sepas que me he acordado mucho de ti). Ya desde el domingo empezaron las molestias algo más fuerte de lo que habían venido siendo las dos últimas semanas, no me podía creer que después de superadas en estos meses, ahora al final, volvieran a asomarse… ¿tiene esto algún sentido?. El lunes ya fue duro, pero el martes… uf! En el último entreno por la mañana el dolor se hizo insoportable, casi no podía dar un paso, subir una “no cuesta” era un auténtico suplicio, “¿subo o no subo?”, los gemelos me ardían, los soleos me gritaban pero la periostitis apareció orgullosa. Si ayer se corroboraban mis sospechas, esta mañana ha sido el golpe definitivo. Creo que mi último entreno, 9 kms en el aire fresco del Juan Carlos I, mientras salía el sol, mis piernas iban a la misma velocidad diciéndome “¡se acabó! Hasta aquí hemos llegado”.

Ha sido una temporada intensa, aunque muchos no lo crean o no lo sepan, he estado trabajando “en la sombra”, poco a poco, incansable, lentamente, sin pausa, silenciosa, sin competiciones… he sufrido, pero también he disfrutado. Ha habido momentos personales muy complicados, que anímicamente me han afectado a la hora de seguir entrenando, pero él ha sabido cómo enfocarlos y los ha dirigido de la mejor forma que podría haber hecho, paciente y cariñosamente (¡gracias maestro!). Con todo ello he disfrutado enormemente, como si hubieran sido paseos por el parque. Me he cargado del aire húmedo en esos días lluviosos de otoño, he notado la mano suave del frío invernal, he salido al medio día con los compañeros que se sorprendían por mi forma inusual, he tenido la posibilidad de rodar en las tardes con mi hermana, he corrido sola en la noche viendo la luna y sobre todo, he aprendido que correr es algo más que un reloj. Ha llegado la primavera y con las flores y la “savia nueva” han llegado los momentos de calidad, las competiciones, los resultados de un trabajo bien hecho, incluso nuevas marcas personales con las que ni contaba. Y con el verano, los entrenos largos con los compis del club para una carrera importante, las carreras de montaña que me han hecho sentir libre y me han mostrado otra forma de correr, aunque también me han resultado dolorosas, pero he conocido nueva gente y he vuelto a creer en mí.


Cuelgo las zapas… cierro por vacaciones, el descanso también es entrenamiento, así pues, aquí acaba mi temporada.

Creo que el balance es ampliamente positivo, por lo sentido, lo vivido, por los resultados. Creo que he hecho un buen trabajo (aunque no soy yo quién tiene que decir esto), no sé si será suficiente o no, no sé si quizá tengo que forzar un poquito más la máquina, no sé si tendría que aguantar una semana más y sin embargo me siento cansada, irascible, agotada… ¿merece la pena seguir debatiéndonos constantemente? Cuando es tu cuerpo el que te habla, creo que al final, tenemos que escucharle y a mí me está gritando. No tengo fuerzas, necesito descansar, desconectar y sobre todo, permitir que el dolor desaparezca porque aún me queda un duro trabajo por delante. Un trabajo que afronto con mucha ilusión, con muchas ganas y con muchas expectativas. Así pues, esto no es una despedida definitiva, sólo un “hasta luego”.



A la vuelta de vacaciones empieza el verdadero reto, la conquista de los sueños y después del paso por la cima de Claveles, cualquier cosa me parecerá posible. Es el final de la temporada... pero aún me queda otro final más que ejecutar: “I’m in to finish, 2011!”.



Espérame, todo esto ha sido por ti, MARATÓN DE NUEVA YORK.



4 comentarios:

Mario GGm dijo...

A mi me parece que has hecho una temporada imprescindible para cimentar tu base como corredora... lo más importante es que al final lo has entendido, te acuerdas allá por noviembre?, y encima con resultados.
Enhorabuena Raki y felicita a tu maestro.

Si tu cuerpo te ha hablado... recupera, toma fuerzas y a por esa canción en Manhatan!!

MIGUEL ANGEL dijo...

Y has quemado etapa Raquelita , lejos quedan esos tiempos en los que te apuntabas a todo lo corrible impulsivamente , ahora empezaras a disfrutar ya lo veras . Como comentaba con Mario no mucho ha , somos unos recien llegados , tenemos la suerte de contar con amigos altamente experimentados y es logico el querer imitarlos al principio , despues empezamos a escucharles , a admirarles profundamente , a buscar nuestra propia piedra filosofal ...

Fer Panama dijo...

Hola Raquel,

Encontré tu blog y me ha gustado, enhorabuena. Ya me quedo por aquí como seguidor con tu permiso.

Sobre tu última entrada se me hace raro ver ahora todos los blogs de los amigos de España que están colgando casi las zapas por el verano. Yo soy de valladolid pero ya 11 años que me vine a Panamá y en este tiempo he perdido ya la sensación del cambio de estaciones y el que las temporadas terminan en verano. Nuestras estaciones solo son verano e invierno, 3 meses de verano en diciembre, enero, febrero y el resto invierno en el cual hace el mismo calor que en el verano pero se diferencia en que llueve casi todos los días, solo un par de horas pero tormentaza tropical que si te pilla no lo cuentas, jajaja, menudas mojaduras me agarro.

Espero te recuperes de esos dolores,...yo ando un par de meses ya con una fascitis también que me está dando muchos problemas, correr con dolores no es lo mejor la verdad, pero bueno, uno sabe que siempre salen cosillas y hay que ir superándolas.

Te dejo mi link por si quieres echar un vistazo de como se ve el running en otras latitudes, y si te quieres sumar a mis seguidores eres super bienvenida.

Un abrazo muy fuerte desde Panama
FER

Luma dijo...

Esta demostrado que a lo largo de nuestras vidas, siempre tendremos epocas de sufrimiento.Sufrimos cuando llegamos a este mundo, por nuetros amores de adolescencia, por las prohibiciones de nuestros padres, por los abusos de poder de nuestros jefes. por las perdidas de los seres queridos, `por no haber llegado a nuestros objetivos, por tantos y tantas cosas.... que lo mejor que se puede hacer es ponerse al mundo por montera.... y disfrutar de tus vacaciones y de tu familia que te lo mereces y se lo merecen. Y llegar con las pilas recargadas para comerse.....Ese NY!!! Espero verte cruzar esa meta.... Mientras tanto be happy!