lunes, 19 de noviembre de 2012

El tren

El tren no ha parado aún, llegó a noviembre y sigue su camino, con su traqueteo y su ritmo continuo, va en busca de su próximo destino.

Sigue la marcha, no hay pasajeros que puedan bajar o subir, no hay tiempo de parar, quizás algún valiente intenta cogerlo en marcha, salta y se sube… ¿habrá hecho bien? No lo sabe, no se lo plantea, simplemente lo vio pasar y ¡ya está! Ahora está arriba, con el corazón a mil por hora, orgulloso, satisfecho y expectante.

Y ese pasajero que quiere bajar, ¿es miedo? ¿es prudencia o quizás paciencia? Simplemente está en el viaje esperando a que el tren pare y le lleve a algún lugar, va mirando por la ventana y aunque ve cosas que le llama la atención o que le gustaría vivir, no lo hace… sólo espera, se deja llevar… ya parará el tren.

Palabras, sentimientos, metáforas… han surgido de mi cabeza en estos momentos, pero no, no voy a intentar analizarlas, no voy a dar ninguna explicación, voy a dejarlas ahí para vosotros y que cada uno las interprete como quiera, que las coja, que las deje… quizás alguien se vea identificado en ellas, quizás alguien piense “vaya cantidad de chorradas, se le ha ido la pinza” o simplemente pasen desapercibidas y no se hagan ni caso. Yo por mi parte, ya las leeré en otro momento, quizás dentro de un mes, quizás dentro de dos, cuatro o diez. 

Mi tren sigue, sigo entrenando semana a semana, tranquilamente, sin prisas pero sin pausa, con entusiasmo y ganas… ¡me gusta entrenar!, me divierte, voy viendo cómo me voy superando día a día, notando la mejoría, sintiendo que cada vez soy capaz de más, me voy acercando al momento de la competición… ¿estoy preparada? Esa pregunta se resolverá sola el día que me ponga un dorsal, quizás no será en la primera competición, será en la siguiente, o en la otra o en cada una de ellas… ¡todos los días! Pero también sufro, las cuestas en las que tus piernas se ponen duras cómo piedras, las series dónde tu corazón parece que va a explotar, te falta el aire, quieres seguir pero no puedes porque las piernas te paralizan, los malos pensamientos intentan entrar en tu cabeza pero… ¡stop! ¡fuera! No les dejas y al final, terminas el entreno con un chute de adrenalina y de autoconfianza que te hace creer en los sueños y en la esperanza.




Así es que, tres semanitas más de entrenos hasta hoy.

Semana del 29 de octubre al 04 de noviembre: no hay mucho que destacar, rodajes suaves, algunas cuestas y su progresivo, más rodajes en progresión y diferente una sesión de series que hicimos el último día bajo unas condiciones climatológicas lamentables… más o menos cómo el resultado del entreno. Noche de Halloween, mal habiendo dormido y el día se levanta que parecía el diluvio universal… pero hay que ir, hay que cumplir, la pereza no está permitida, así es que, vamos a por ese 2x(2000:1000). Allí fuimos el grupo de siempre ¡qué valientes! y dos “sorpresas” más que nos acompañaron en uno de los días más difíciles que he tenido hasta hoy. Después de un calentamiento pasado por agua y empapados hasta los huesos, iniciamos las series… el primer 2.000 se me hizo eterno, mientras veía cómo se iban mis compañeros pensaba si aquello tenía algún sentido, lo casi hice porque debí parar unos 200 m antes. Toca el 1.000, salgo acompañada y si no es por Julito que en ese momento va tirando de mí, no lo hubiera hecho, no siento las piernas, hace frío, me duelen, no doy más, me asfixio, me dice “¡venga campeona!”, pero no es cierto, me está siendo difícil, llego, estoy de los nervios y bajo la lluvia con las manos en las rodillas, grito con toda mi alma “¡no puedo!”… sé que no tengo que decirlo, sé que lo tengo prohibido pero me pudo la rabia, me pudo el sentimiento de impotencia, me pudo la mente… intento no hacerlo, intento desechar esas palabras pero esta vez no lo conseguí (lo siento chicos por ese momento). Cambiamos el orden e hicimos el otro mil, ¿pero cómo lo voy a hacer? no tengo fuerzas, mi mente no está, ¿dónde se ha ido? pero salgo, que sea lo que sea, mis compañeros se van, los veo de lejos, les sigo, no paro, pero me duelen las piernas, un poco más, 100 metros y ya está, llego… “¿cuánto?” Terminé el entreno con otros 2 km de PA porque me fue imposible hacer la última serie. Resultado: un entreno duro donde los haya, condiciones pésimas a nivel físico, emocional y climatológico, los miles en sub 4:00 pero con la mala sensación de haber petado, de no haber estado a la altura… y es que a veces, el cuerpo “no está”, ese día no sale y te sientes mal. Pero gracias a una charla de después, me hizo ver que el entreno ese día no había estado en el ritmo de las series o del mil, sino que había sido toda una lucha de superación, contra el clima, la pereza, la ropa mojada, la mente, contra mí misma, haber estado allí y haberlo hecho, ni lo intenté ni paré, simplemente lo hice. Esta clase de entrenamientos siempre me tensan, medirme a veces me asusta por el posible resultado, no se me da bien encajar “algunos fracasos” pero son necesarios, porque de todo se aprende… estoy esperando las próximas series… ¿ellas o yo?




En la semana del 05 al 11 de noviembre no hubo nada significativo: de nuevo más rodajes, progresivos, mis amigas las cuestas y otro entreno de cambios de ritmos (2:1) a 4:30 de media (gracias Fran por el entreno porque contigo se hace fácil).

Y en la última semana del 12 al 18 de noviembre he disfrutado mucho: rodajes por debajo de 5:00 y un día de series de 8 minutos de PA que me sorprendió tanto como la confianza en mí misma que me dio… y es que el JCI es capaz de esconder grandes sorpresas, con lo que terminé tres sesiones muy contenta. El fin de semana también ha sido algo excepcional, aunque sólo eran dos rodajes de 12 km suaves, el entorno fue totalmente distinto. Este fin de semana hemos viajado a Valencia, hemos compartido buenos ratos y buenas comidas con amigos varios, hemos visitado el Oceanográfico con los niños, he entrenado por la ribera del Turia bajo una llovizna suave y a solas, Mario ha hecho una gran carrera batiéndose en su primer 10K de la temporada y superando la barrera del sub 38 (¡enhorabuena campeón! ya tienes tu paso para la SSI, sin duda te lo has ganado y te lo has merecido), hemos animado en el maratón a amigos (felicidades chicos porque habéis conseguido batir vuestras marcas y por cruzar una vez más la meta) y de paso, he hecho mi sesión de entrenamiento en compañía de mi compañero durante unos cuantos km del recorrido del maratón (¡bien hecho Antonio! felicidades porque cruzaste y gracias por dejar que te acompañara).

Y hasta aquí ha seguido mi tren, ya veis que no ha parado, a veces tengo la sensación de que va demasiado rápido, a veces me produce vértigo, a veces tengo miedo, es cómo una sensación agridulce pero muy reconfortante, lo sé… soy un cúmulo de contradicciones, pero ¿qué sería la vida sin su sal? Me gusta, subí al tren y aunque hay veces en las que quiero bajar, al final vuelvo a mirar por la ventana esperando a que pare, esperando que me lleve a “alguna parte”.

Se acerca el final de noviembre, tan sólo queda un fin de semana, pero para mí es más bien el principio, es el comienzo de la temporada… subimos el telón.

Next stop: Cross del Canguro.






1 comentario:

Anónimo dijo...

Tres semanas, de menos a más. Espero que las mariposas en el estómago que revolotearán esta semana no te impidan tener buenas sensaciones de cara a ese Cross que tanto te ilusiona.
Fuerza y a por el barrete. Un besote,