jueves, 12 de julio de 2012

10 K Correcaminos

La verdad es que hace ya más de un mes que corrí esta carrera, de hecho, fue a la semana siguiente de la Carrera de los Amigos, pero es que… me he dormido en los laureles y no sé por qué, al final ni escribí crónica, ni memorias, ni pensamientos, ni sensaciones… y es que ya, casi ni me acuerdo.

Así es que, para no ser muy pesada y simplemente por tener un registro de mi actividad atlética, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, voy a escribir una breve crónica de esta carrera que además de ser divertida y solidaria, para mí especialmente fue un punto de encuentro con antiguos compañeros del cole… qué cosas, verdad? Y es que me estoy dando cuenta de que esto “de correr” tiene muchas ventajas y une muuuuuuucho o ¿debería decir reúne?.


En fin, pues eso… domingo 03 de junio de 2012, se levanta el día muy soleado y caluroso, me levanté muy tranquila porque al ser una carrera cerca de casa y además como no la iba a competir (no estaba el horno para bollos), no me pegué un madrugón excesivo y tampoco me estresé con la “adrenalina de la competición”.

Llegamos Mario y yo a la zona de salida, había bastante gente, era la primera edición de la carrera pero creo que consiguieron con creces sus objetivos (además de la recaudación por la causa que se defendía). Me encontré con viejos compañeros del cole a los que hacía años que no veía (fue un día muy agradable chicos, además de la carrera y la comida de después, fue divertido rememorar viejos tiempos), por allí estaba Sebas que haría las fotos de la carrera (gracias Sebas por tu trabajo y por esas fotillos “personalizadas”), nuestro amigo Javi y algún amiguete más de Mario, vamos… lo que viene a ser una carrera de reencuentros con amigos.

Así sin más nos pusimos en salida Luis, Javi y yo, Dani se quedaría por detrás y Mario que no consiguió dorsal, nos esperaría unos metros por delante. Lo dicho, como era una carrera por tierra venía muy bien como entreno, así es que me dije “a dar lo que pueda, sin prisa pero sin pausa”, ya he comentado muchas veces que aunque sea entrenando, aunque no sea importante, siempre doy todo lo que tengo… no consigo regularme, al final en este caso aunque no fue mucho, volví a dar lo que tenía.

Salimos, hacía mucho calor y 10 km se extendían por un camino de tierra y piedras, con un paisaje seco y árido, con alguna que otra cuestecilla. Mario iba conmigo así es que me ayudo a regularme, a ir tranquila, pensando, guardando en las subidas y dejándome ir un poco en las bajadas, “Raquel, con cabeza, piensa… no te precipites” me decía. Y es que claro, a pesar de mi mala forma física, siempre hay chicas cerca con las que batirse algún puesto, nunca sabes lo que puede significar que te pasen o que adelantes, pero hay que tratar de ser consecuente con el esfuerzo y no perder mucho para que no te pase factura.



Fuimos bastante tranquilos (Luis, Javi, Mario y yo), regulando mucho tiempo hasta que alguien cantó “tercera y cuarta chica” cuando pasábamos una chica y yo… lo que me puso nerviosa, Mario me miró y me dijo “con calma, deja que tire ella… adelanta sólo si te sientes con fuerza”, esto debía ser el km 6 más o menos. Y eso hice, me puse a su rueda dejando que hiciera ella la carrera, sin perderla y sin pasarla, hasta el km 8 en el que notamos que flojeaba y entonces me dije “ahora es cuando tengo que sacar todo lo que me quede… ¡voy!” y la pasé. Ella me siguió unos metros, Mario me preguntó si estaba segura, le dije que sí y apreté más… hasta que poco a poco me fui despegando. No recuerdo si Luis nos seguía, sin embargo Javi hacía tiempo que se había ido por delante (no pude seguir su ritmo).

A falta de un km, de repente me adelanta otra chica (a la que ya había visto muy fresca durante toda la carrera) y me digo “vaya por Dios, pues creo que no voy a poder ir más… otra vez será” y es que ya iba muy al límite y no me encontraba con fuerza de seguir su ritmo, pero al pasar me dijo “tranquila que sigues tercera… ¡ánimo que puedes!” (al parecer no iba compitiendo), pero aún así apreté, creo que no la creí y dije que tenía que intentarlo (no sé por qué).


A falta de un km Mario me dice que como no lleva dorsal él se va a retirar (para evitar conflictos), va a buscar a Javi que iba unos 200 m por delante y le dice que me acompañe hasta meta, que voy tercera pero que me “pisan los talones”. Así es que ni corto ni perezoso, no se lo piensa y me espera… adelantamos a la chica que supuestamente no iba compitiendo y como Javi no lo sabía, me llevó apretando a toda leche hasta meta, dándome ánimos y exprimiendo todo lo que me quedaba para que esta chica no nos cogiera (debía estar a unos 100 m más o menos). Creo que acabamos rodando a 4:00 los últimos 500 m, entre el calor y el sofoco, el cansancio y las piernas cargadísimas… cruzamos la meta en 47:38, no es un tiempazo lógicamente pero satisfecha con el resultado… siempre es divertido subir a pódium y más si estás “en casa”.


Y como siempre, gracias Mario por tu compañía, paciencia, apoyo y ánimos… a ti Javi por ese último km tan extenuante y divertido con un gran sprint final, al resto de amigos por animarme y estar allí aguantando al sol por verme subir al pódium, a Sebas por tus fotos tan chulas y míster…




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