miércoles, 26 de octubre de 2011

Tercer escalón hacia NY

“La felicidad está en nosotros, en nuestra mente… todo lo malo que ocurre a nuestro alrededor es sólo una invitación que no tenemos por qué aceptar”.

Hoy quiero empezar con estas palabras que he escuchado en el taller de relajación de las 8:30h. Media hora tomando conciencia de la respiración, abandonando el cuerpo al vacío, dejando que nuestros pensamientos se liberen de la cárcel en la que les tenemos sometidos… ¿será cierto que con la mente podemos casi todo? ¿por qué no nos lo creemos?

Yo lo estoy intentando desde el primer día que las escuché, cada día que pasa hago por tomar conciencia de ello, cuando algo se apodera de mi mente intento apartarlo, desecharlo, escribirlo para sacarlo de mi interior y la verdad, si dijera que es fácil mentiría… pero no por ello hay que dejar de hacerlo, no hay que rendirse.

No, no me rindo… esta es una prueba dura, difícil, larga, a la que hay que tener respeto, pero ante la cual no hay que rendirse; es una prueba en la que el tándem mente – cuerpo se hace fuerte, inexorable, inviolable… es una prueba donde tanto la cabeza como la preparación física son igualmente importantes, ambas tienen su momento, su lugar, su función. Así pues, después de tanta preparación física, que ya está llegando a su fin, viene la preparación mental, no sólo necesaria para una prueba de estas características, sino en general para nuestro día a día… en general para nuestra vida y tenemos que creérnoslo porque funciona.

 
Semana del 17 al 23 de octubre
Cierro la semana con prácticamente 83 km. Claramente la semana de más carga después de ese punto de inflexión de la semana pasada, ese parón de fin de semana por la amigdalitis… creo que he recuperado fuerzas y ahora, hoy… tengo unas agujetas de morirme. Pero estoy contenta, entrenamientos con diferente enfoque, prácticamente todos realizados a un hipotético ritmo de maratón de 5’, cambios de ritmo y por supuesto como no, un día de cuestas (2x10x100m) que pensé se me harían más difíciles y cuál fue mi sorpresa que se me hicieron muy llevaderas, todo, cuestión de mente. Y llega el fin de semana, para empezar el sábado 15 km a ritmo de 5’ que no me supusieron excesivo problema en cuanto a pulso se refiere, pero que hice por caminos con bastantes toboganes y que en cierta forma me cargaron las piernas. ¿Y el domingo? Se presentaba la media de Fuenlabrada, que en un principio tenía pensado competir pero que en último instante se convirtió en un entrenamiento más a ese mismo ritmo, 21 km a 5’ sin pasarse, con cabeza, controlando, regulando. Y eso es lo que pretendí.

La noche antes de una carrera, aunque no la vaya competir me pongo muy nerviosa, me cuesta dormir y en definitiva… no paro de darle vueltas, porque aunque era un entrenamiento, sabía que me pondría el dorsal e iría por encima “de lo pactado”. No me equivocaba. Llegamos sin prisas al polideportivo de salida Ruth, Alfredo y yo, tranquilamente cogimos el chip, dejamos las mochilas en el ropero y nos pusimos a trotar un poquito. Encontramos entonces al resto de compañeros, Jose, Mario, Miguel y Nacho, que ya habían rodado entre 3 - 4 km antes y que por supuesto, estaban listos para darlo todo. Mientras tanto, yo a mi ritmo.


Este año la media de Fuenlabrada presentaba una novedad, un circuito de 10 km al que habría que dar dos vueltas, además habían cambiado el recorrido y el perfil se había endurecido bastante con respecto a otros años. No iba a ser una prueba fácil y yo lo de dar vueltas a un mismo circuito, no lo suelo llevar muy bien, pero como era un entrenamiento, me lo tomé de forma muy relajada y además pensé que los 15 km del día anterior, me pasarían factura. Nos colocamos entre la gente y casi ni me di cuenta de cuándo dieron la salida, oigo a Ruth decir “¿ya?” y acto seguido la gente se mueve, me despido de ella de forma muy rápida y empiezo a correr, tranquilamente y con una frase en la cabeza que me acompañaría toda la carrera “hoy no se compite que es sólo un entrenamiento”. Y eso intento, llevar el ritmo a 5’ pero cada km que pasa veo que se me va a los 4’35, soy consciente de que me estoy pasando pero me encuentro bien, no noto mucho la carga del día anterior, voy cómoda… y empiezan a cruzar corredores en el otro sentido, Nacho, Jose… los animo… luego Miguel, le animo también y Mario al que también animo y por supuesto, siempre pendiente de mí, me dice que con cabeza, que vaya tranquila. Así voy, subiendo y bajando cuestas hasta que llega el km 5 y empiezan a pasarme las primeras chicas, me sorprende porque van rapidísimo, así es que pienso que estarán compitiendo en el diez mil, de todas formas me da igual y me digo “yo voy entrenando y además, la carrera es muy larga, no importa cómo empiezas, sino cómo acaba”, con lo que sigo a mi ritmo. Voy charlando con un par de chicos, última cuesta por el km 8 y tenemos 2 km de bajada hasta el polideportivo, donde se completa la primera vuelta. Regulo y bajo el ritmo en la subida y me centro en la bajada para no fundirme, sino que la tomo para recuperar. Pasamos por la puerta del polideportivo y para mi sorpresa, veo que no se mete ninguna de las chicas que llevaba delante y pienso “¡vaya! pues sí que van fuertes, qué máquinas, bueno pues yo a lo mío… seguro que Ruth debe ir cerquita entre las primeras”. Nos adentramos en el polígono y en la primera cuesta, adelanto a una de las chicas, la llevo cerca cuando llego a la bajada y veo a Claudio, haciendo fotos y que me dice “a ver si empezamos a correr ya”, pero yo no doy más, voy rozando los 4’30 y no puedo ir más rápido porque quedaba una vuelta completa y venía una de las grandes subidas, donde adelanto a otra chica.

Como un deja vu, vuelvo a ver a Nacho que va muy bien y concentradísimo, a Jose que me saluda, luego pasa Mario que me grita “esa chica” y por último mientras bajo, Miguel que sube y me dice “vas cuarta”, pero eso ya lo sabía y no estaba en mi cabeza apretar más. Así es que llego al final de la cuesta, vuelta y para arriba, otra bajadita y me encuentro a Miguel que se está dando la vuelta y me dice “estoy fuera de carrera, se me ha ido y la cabeza me ha podido, te acompaño”, yo encantada de ir con un compañero se lo agradezco. Vamos charlando y vemos a la que iba tercera, Miguel me dice que si apretamos la cogemos en la cuesta, pero no quiero apretar, no quiero fundirme, mejor regular en la subida. Le digo que me voy a tomar el gel en el avituallamiento del km 15 (gracias Mario por estar siempre pendiente de mí y dármelo, olvidé los míos en la mochila… ¡qué desastre!). Me cuesta tragar el gel, no puedo mantenerlo mucho tiempo en la boca porque me asfixio, no puedo respirar bien, así es que me lo trago rápido aprovechando la bajada. Vemos a mi amigo Jose haciendo fotos (siempre incondicional de las pruebas de Fuenlabrada), le saludo y sigo, Miguel me lleva un poquito más allá, le sigo el ritmo casi sin darme cuenta y cogemos a la tercera chica en el inicio de la siguiente cuesta. Ya voy bastante fundida, me duelen los cuádriceps, noto las piernas muy cargadas pero no paro, Miguel me anima “muy bien Rak, menudo tiempo incluso en subida”, aprovechamos el llano para ir más rápido, siento dolor en el isquio y glúteo derechos pero no bajo el ritmo. La segunda chica está delante a unos 200 m. Por fin llegamos a la última cuesta, otra vez saludo a Jose y la subo sin agobiarme (parece que el trabajo de cuestas está teniendo resultado), es el km 19 y quedan los dos de bajada que nos llevan al polideportivo.

No sé a cuánto iríamos, a mí me pareció que volábamos, debíamos de ir por debajo de 4’, Miguel se pone delante para cortar el aire que de repente nos saludó en lo alto de la cuesta, alargo zancada pero no puedo ir más deprisa, sigo teniendo delante a la segunda chica, no puedo alcanzarla, las piernas me están gritando que pare, pero ya queda poco, hay que exprimir hasta la última gota (lo siento no puedo controlarlo aunque me pese después). Entramos en el poli, qué emoción, oigo gritos, no me puedo creer que haya que dar una vuelta a la pista, ¡últimos 400 m!, la speaker que dice mi nombre y mi posición, mi hermana que se acerca, se pone a correr a mi lado y me anima “venga que vas tercera, muy bien, te queda poco, corre, dale fuerte” y llego hasta el arco de meta donde cruzo en 1h37’45’’ junto con Miguel (gracias compañero por esos últimos km).

Fotos, abrazos y besos con mis compañeros, mi tío, Mario, mi hermana que ha entrado la primera en los 10 km (muy bien maquinilla, cuánto me alegro… te ha picado el bicho y al final caerás en las redes del atletismo, lo llevas en las patas), mi madre, mi padre, más familiares, mis niños… ¡qué subidón! Un escalón más hacia Nueva York.


Tercer escalón del podium sin proponérmelo, sin tenerlo planificado, sin perseguirlo y donde he de decir que la mente me ayudó mucho, el pensar tranquilamente que era un entreno, en el esfuerzo justo, que podía hacerlo si me controlaba, me demostró que funciona.

La mañana terminó con las carreras infantiles, donde los niños disfrutan y se dejan la piel como si fuera la carrera de su vida (creo que es la parte más bonita de esta prueba) y la posterior entrega de trofeos con subida al cajón. Me gusta esta carrera, no por el recorrido que es un poco feo (Fuenlabrada no da para mucho), ni por el perfil que es duro, creo que está muy bien organizada y medida, el ambiente es muy bueno, permite pasar un bonito día en familia y después de todo, es mi ciudad y estoy en casa.



Cerramos el día con una comida excepcional, en compañía de muy buenos amigos con risas, charlas y buenos ratos que al final hacen de este deporte, algo más que correr. 




Sin lugar a dudas esta es la canción de la semana… ¡¡¡qué grande Frank!!!
¡¡¡Qué grande NY!!!


3 comentarios:

Charo dijo...

Me encanta tu crónica! Un buen chute para NY ese podium tan merecido con tanto trabajo, sacrificio y esfuerzo que hay detrás de todo ello. Eres una campeona!!!

*Pegasus* dijo...

Enhorabuena, hacer ese tiempazo en una media dura y quedar tercera en una media dura es algo muy grande.

Nueva York va a salir solita, ya verás, como esto, pero "en más largo". En tu debut no pienses tanto, déjate fluir, disfruta y, en cada punto kilométrico, piensa con pena que tu gran reto de 2011 se acaba.

Javi dijo...

Enhorabuena campeona! Disfruta del tercer puesto y a po NY!! Saludos.