Aprender de una carrera


Aunque esta crónica ya es antigua... y por haber empezado el blog en un punto de mi vida deportiva en el que ya he realizado alguna que otra prueba, esta carrera se merece una mención especial porque fue cuando realmente aprendí a valorar el compañerismo y lo que las personas que te rodean pueden hacer por ti. Esta carrera me enseñó grandes valores.


II CROSS DE PATONES - 11 de diciembre de 2009

Bueno, pues tras mucho deliberar el viernes de antes de la carrera si al final competía o no, decido levantarme el sábado con la esperanza de que ya que nos hemos dado el madrugón, al menos haya dorsales disponibles par poder participar.

Y dicho y hecho… allá que voy a las 8:00 en Pavones donde había quedado con Kike y Willy para subir juntos. Tras recoger a Charo por el camino, llegamos a Patones y nos juntamos con Impala, momento en el cual, afortunadamente nos pudimos inscribir los que no teníamos dorsales; al ratito llegan Alber y Claudio que hacen la misma operación.

Después de un té calentito y unos trotes de calentamiento para reconocer el terreno, llega el momento de ponerse en la salida y esperar la señal.

Lo cierto es que esos momentos para mí son muy tensos, empiezo a pensar “tranquila, haz lo que puedas, sin agobios, sin marcas, sin tiempos… lo que salga”, pero como siempre, al final, daré todo lo que pueda de mí misma y acabaré esforzándome al máximo, aunque sé que luego me pasará factura por lo que los nervios no me dejan relajarme y espero ansiosa a que se produzca el momento de poner el crono en marcha y a tirar. Al menos, en esta ocasión gracias a las palabras de mis compañeros me relajo un poquito más y pienso “a disfrutar que esta carrera va a ser muy bonita, aunque será dura, seguro que lo pasamos bien, vamos tranquilamente, de forma progresiva, ya veremos”.

Y ahí vamos, todo el mundo sale despavorido, pero los primeros 100 m son complicados, subidita y bajada con un estrechamiento que produce un leve tapón hasta que por fin podemos coger el ritmo. Me siento bien, voy acompañada de Willy que me va marcando el ritmo y dirigiendo, los dos primeros kilómetros los hacemos en una media de 4’12’’ y tras adelantar un par de chicas, nos situamos en cabeza femenina (Alber y Kike van controlando la carrera en todo momento) y a lo lejos se ve a Impala y Claudio que deben ir entre los 10 primeros. Pero la gloria dura poco, por el KM 3 más o menos nos adelanta la que será primera clasificada y antes del KM 4 una de las chicas que había adelantado anteriormente se sitúa la segunda. “No pasa nada Raki”, oigo a mis compañeros… “hay mucha carrera por delante, tranquila que todo se andará”.


Y con estas palabras, motivada, comienza la subida hasta el KM 6. Conocía por encima el perfil, pero no me esperaba aquello… mi ritmo empieza a descender, las piernas empiezan a quejarse y no quieren dar más, tengo el pulso en 197 ppm, vemos a la segunda chica que empieza a andar y aunque eso me da un poquito de aliento no es suficiente, yo también quiero andar, no puedo más, miro hacia arriba y sigo viendo el camino que vuelta, tras vuelta, sigue subiendo sin fin. Lo sigo intentando, pero a pesar de los esfuerzos de mis compañeros porque siga trotando, decido andar y recuperar el aliento, sigo bajando el ritmo, las piernas me duelen cada vez más, pienso “no puedo, quiero parar, quiero abandonar, esto no es para mí, es demasiado duro… cómo pretendo correr una carrera de este tipo?”, pero al lado está Willy que sigue dándome ánimos con un cariño y una paciencia excepcional… y por delante Kike y Alber que van controlando la carrera y van pautando el ritmo y me digo “no puedo defraudarles, están aquí acompañándome, haciendo también un esfuerzo por ir conmigo, así es que… hay que seguir”. Y poco a poco van pasando los metros y por fin llegamos a la cima, “ahora sí Raki, ya no te engañamos más, hemos llegado a la última curva” me dice Alber y por delante a algo más de 50 m está la segunda chica… “tranquila que aún hay mucha carrera, ya la cogeremos y la cuarta va lejos, tenéis la carrera entre las tres” dice Kike y empezamos la bajada con la esperanza de recortar metros a la segunda y sobre todo de recuperar el ritmo. Así que doy todo lo que puedo, las piernas no me dan para más, siento que voy volando, “muy bien, muy buena zancada, así recuperando pulsaciones, respira” me dice Willy, pero yo por más que miro el pulsómetro no bajo de 190 ppm, creo que íbamos a un ritmo de 3’50’’ (como para bajar de pulsaciones!) y pienso “Dios mío, se me va a salir el corazón”, pero sigo bajando y poco a poco vamos recortando metros a la segunda, en todo momento tienen el control Alber y Kike que van charlando y marcando el ritmo, contando los metros que van a menos y pienso “qué envidia! algún día yo seré casi como ellos”, pero me siento afortunada por llevarlos a mi lado, me siento arropada y lo doy todo.

 
Y llegamos hasta el KM 10, con alguna pequeña subidita entre medias que ya casi ni noto, porque tengo las pulsaciones de nuevo por las nubes y mi única preocupación es respirar y no caerme. Y ahí está, la segunda chica, aprovechando la última bajada la adelanto, no me lo puedo creer, ella misma me da ánimos “venga campeona”, por delante siguen Kike y Alber marcando el paso y el recorrido (el cual se había complicado un poquito), a mi lado Willy que ya no sabe qué decirme sigue dándome aliento y ánimos para que no desfallezca, no queda nada, allí se ve la meta, queda 1 KM, ahora pienso que tengo que echar el resto, si he adelantado a la segunda chica no puedo dejar que me vuelva a coger, “ya la tienes Raki, venga que no puede, se rinde” me dice Willy, pero Kike no deja de volver la cabeza y eso me hace dudar y no quiero mirar para atrás, no quiero saber donde va, prefiero creer las palabras de Willy, pero “no puedo seguir, no puedo respirar” y comienzo a llorar, no puedo más, los últimos 500 m son horribles, veo a Claudio que también me da ánimos, pero ya casi ni escucho, no puedo, Willy no sabe qué decirme “por Bruno, por Lola!” y allí la veo, la META, “por fin, ahí está, un último esfuerzo” y todo habrá acabado, 200, 100, 50 m y la cruzo, siento que se me sale el corazón (madre mía! 201 ppm!), me mareo, no puedo respirar, las piernas me flojean, no puedo sostenerme y si no es por Kike y Willy que me sujetan, me hubiera caído.

Y al final, besos, abrazos, felicitaciones de mis compañeros y segunda clasificada! Para mí todo un reto conseguido, toda una experiencia, un duro y gran momento del que me llevo muchas cosas, pero sobre todo, dos fundamentalmente: comprobar que todo esfuerzo es recompensado, descubriendo lo que puedo llegar a hacer y conseguir (no me lo hubiera imaginado nunca) y que estoy rodeada de un equipo de personas maravillosas que ante todo son compañeros y para mí son muy importantes, sin ellos no lo hubiera conseguido… GRACIAS CHICOS!

Y por supuesto, también felicitar a Nacho Impala y a Claudio que hicieron una estupenda carrera, Nacho entró en el puesto 12 y Claudio en el puesto 20, quien mejoró su tiempo con respecto al año pasado.Y para terminar la mañana, que finalmente había sido inmejorable, con un día soleado, buena temperatura y un paisaje que pude disfrutar después, recogimos los premios, el mío y el que nos llevamos por ser el equipo más participativo, cerrando con una “digestiva” barbacoa para compensar el esfuerzo que habíamos hecho. Fue una carrera en la que creo que todos coincidimos para volver a repetir.

Entrega del premio individual


2º puesto
 

Premio por equipos

No hay comentarios: