viernes, 20 de julio de 2012

On Holidays!!!

Parece que no fuera a llegar nunca, pero te das cuenta de que el tiempo no se detiene, sigue su curso imparable y todo llega tarde o temprano. Y aquí está, lo que podría considerarse el último día del año laboral, el último día de la temporada, el último día de este intenso ciclo.

Hoy es momento de hacer un balance, de mirar hacia atrás y analizar lo que he hecho, porque creo que las vacaciones, en algún sentido y en muchos ámbitos, son como un “punto y aparte”, un “vuelta a empezar”, un “reset” y tras su disfrute un “suma y sigue”… hoy en día no es tan típico tomar como referencia el año natural de enero a diciembre, depende de lo que medimos, así pautamos y el ciclo, se repite.

Aquí estoy, reflexionando sobre lo que ha sido este año deportivo (del laboral no voy a hablar, no me apetece), porque hoy toca colgar las zapas y descansar, hoy ha sido el último entrenamiento por el parque (11 km muy agradables con mis compañeros de trabajo), así es que toca dejar que la mente vuele hacia otros lares distintos de los caminos, los parques o el asfalto… que el cuerpo vaguee, que apenas se mueva, que duerma…

Aunque no lo parezca, ha sido un año complicado y duro, pero también he vivido y disfrutado mucho. Ahora que echo la vista atrás me digo “definitivamente ha merecido la pena, estoy satisfecha de mis decisiones”.

Si la temporada empezaba en septiembre, ese mes fue un punto de inflexión en mi vida, por motivos personales que quizás algún día cuente, tuve que tomar una serie de decisiones que han marcado mi camino hasta ahora (probablemente hasta más allá, hasta el futuro), en lo personal y en lo deportivamente hablando… un giro inesperado, un alud de sensaciones, una auténtica montaña rusa de la que creo todavía no he conseguido bajar. Septiembre del 2011 lo recordaré toda la vida… y vino la primera decisión importante, seguir adelante, luchar hasta el final, “morir” por lo que de verdad importa.


Octubre no fue mucho mejor (como podríais ver en las entradas de aquellos días), pero estuvo lleno de emociones, de entrenamientos difíciles y en la mente, un gran objetivo… eran los últimos días antes del maratón de Nueva York. Como dice el refrán “cuando se cierra una puerta, una ventana se abre” y es que donde yo creía un apocalipsis, se abría todo un nuevo mundo de posibilidades, cosas inexploradas, grandes retos… empecé a aprender, empecé a comprender, descubrí dónde está el valor de ciertas cosas y tomé la siguiente decisión. Hoy tengo mucho que agradecer aquellas palabras que todavía leo de vez en cuando: “ser atleta significa no darte nunca por vencido, poner tu cuerpo más allá de la extenuación para conseguir la victoria, que la derrota sea un aliciente para volver a ponerse de pie y regresar a la lucha, un verdadero atleta jamás se rinde”. Empezaba una nueva etapa.

Con aquél empujón llegué a noviembre y al NYM, un sueño realizado y altamente cumplido (tenéis mi crónica), con todo lo que ello envolvía y suponía… no fueron unos simples 42 km, significaron mucho más. Un ligero descanso y vuelta a la carga, había decidido dar un salto cualitativo y cuantitativo, sabía que me iba a costar mucho, sabía que no sería coser y cantar, pero me dije… “¿Y por qué no? Si no lo hago ahora, quizás nunca tenga la oportunidad. Prefiero probar y estamparme, a vivir eternamente en la duda por no haberlo intentado”.

Y tomé una nueva decisión: dejar el club en el que estaba y empezar etapa en uno nuevo. No me fue fácil dejar a unos amigos con los que nací como corredora y compartí algo más de 3 años de carreras y experiencias, despedirme con explicaciones efímeras lejanas a la verdad, dejando una imagen de “la sobrada que va en busca de altos vuelos” y que para nada se correspondía con todo aquello… me dolió mucho, pero no tuve opción, hoy no me arrepiento porque gracias a “esta cadena de casualidades” estoy ahora viviendo el atletismo desde lo más profundo y entre otras cosas, me mostró el cariño de quienes siguen a mi lado a pesar de todo… ¿amigos o conocidos? A veces utilizamos las palabras de forma gratuita y arbitraria, pero la vida te las enseña de verdad. A finales de noviembre, fichaba por el que es mi club de atletismo actual.

Tampoco fue fácil llegar al nuevo grupo porque a mi edad, con mi carácter, el pudor y el miedo, encontrar tú sitio… algunas cosas se hacen complicadas, pero me ayudaron mucho. Siempre atentos, encantadores y amables, fomentando la integración dentro del equipo, con ánimos y motivación por todos lados… me han convencido, estoy a gusto y creo que son una gran familia de auténticos atletas (he flipado viéndolos correr a ritmos de escándalo) y mejores personas. Desde diciembre, cuando debuté en mi primer cross (todavía recuerdo las ganas de vomitar en tan solo 4 km) hasta el Campeonato de España en febrero, otro sueño impensable para una simple corredora como yo (me temo que no soy consciente de la dimensión de todo esto, también tenéis la crónica), he disfrutado y vivido lo que es estar en un club que está en grandes competiciones, en infinidad de disciplinas y modalidades, con personas de todo tipo que se dejan la piel por sus colores y al que espero corresponder por mucho tiempo.


Y el tic de la cuestión: para recorrer todo este camino he trabajado y entrenado duro (al menos a mí me lo ha parecido aunque pueda no haber sido suficiente), he tenido momentos dolorosos y de flaqueza, llenos de tensión, de nervios e incluso llantos… pero aún lesionada o cuando creía no tener fuerzas, me he levantado y luchado con ilusión, no he parado, he seguido ganas y con esperanza… ellos han sabido sacar lo mejor de mí con paciencia, cariño y mucho apoyo. Así es que puedo decir que lo he conseguido, porque ha sido una experiencia increíble donde me he divertido, me he enriquecido y hasta he llorado de alegría.

Esto no ha acabado… como he dicho, es sólo un punto y aparte, después de las vacaciones vendrán más entrenos, más competiciones, más nervios, más alegrías, más… intentaré controlarme (sobre todo emocionalmente), ponerme a la altura de mis compañer@s y darlo todo, aunque sé que tengo un duro trabajo por delante, que este año será aún peor, que habrá muchas más cuestas y series, más fuerza y calidad, más entrenos… pero no me importa, es lo que quiero, es lo que he decidido y aunque sufra… ¡disfruto con ello! Qué paradoja, ¿verdad? ¡Cómo mola poder sufrir corriendo! Y es que todo tiene su explicación, porque sin esfuerzo no hay recompensa, sin sufrimiento no hay victoria, sin trabajo no hay resultado… y no hay nada como sentirse realizada, satisfecha con una misma cuando después de todo ese sacrificio, cuando notas que te falta el aire y el corazón se te escapa, consigues cruzar una meta y decirte “lo he logrado, he podido”. Insisto, lo más importante: poder correr.

Y termino contando mi final de temporada. Después de marzo y abril prácticamente parada (es cuando aprecias ese “poder correr”), en mayo trotando de poquito en poquito, recuperarme de la lesión, la adaptación a las plantillas (se me va un dolor y me aparece otro) y demás historias, empecé a salir de nuevo a correr, cuando me veía con ganas o me apetecía. Llegó el calor y con él, los madrugones y los entrenos por el Juan Carlos I a las 7:00 de la mañana, con la fresca, poco a poco pero de forma regular y con calma, fui cogiendo algo de forma (no mucha la verdad, para que nos vamos a engañar), pero suficiente como para permitirme hacer alguna carrerilla a primeros de junio y sobre todo, volver a sentir ganas por entrenar y esforzarme… podría decir que junio y julio (hasta hoy), ha sido cuanto menos, curioso y muy divertido: 8 semanas de entrenos algo más fuertes, volver a despertar y mi primer contacto con la pista.

Me lo he pasado en grande, ante todo por volver a disfrutar de los entrenos sin dolor, recorriendo un parque donde daba los buenos días a Madrid en compañía de mi hermana; por haber realizado algunos entrenos “sorpresa” con muy buena (y también nueva) compañía, consiguiendo que lo duro parezca fácil; por ese primer contacto con la pista que ha hecho “me pique el gusanillo”, aunque he de decir que me parece durísima y requiere de un gran trabajo físico y sobre todo mental (esto va a ser lo más difícil), me gusta y me apetece, eso sí… con mucho respeto, no es cualquier cosa, además en el último entreno me puso en mi sitio y me enseñó quién manda (no me doy por vencida). Y en definitiva por haber llegado hasta aquí, porque hoy aparco las zapas con la sensación de que he trabajado estas semanas a tope, hemos llevado mi cuerpo hasta un pico de forma con un objetivo claro (que puede o no ser entendido, pero a mí eso me da igual porque yo sé en quién confío) y aunque haya reventado, me sienta cansada y agotada (esta última semana ha sido para rodar libremente), me voy con la sensación de no haber perdido el tiempo en la última fase de la temporada, de que ha merecido la pena y sobre todo, con muchas ganas de volver a por más.

Gracias a tod@s los que me habéis acompañado y soportado en este ciclo… por vuestros ánimos, apoyo, ayuda, paciencia, cariño… todo eso y más. ¡Disfrutad de vuestras vacaciones y ese merecido descanso que seguro os habéis ganado! Yo desde luego, lo necesito.


Y como supuestamente este blog es sobre atletismo (aunque parezca una novela), para los más interesados en la materia, os dejo mis entrenos de las últimas semanas. Seguro que a algunos os parecerán “de nenas” y flojos, otros los podréis criticar, espero que alguno piense que menudo trabajo y “¡qué caña!”, os podrán gustar o no… pero ahí están y a mí me han costado “sudor y sangre”. Yo los he vivido y sufrido, vosotros podéis discutirlos… ;-)

Semana del 11 al 17 de junio
1- 25' suaves + 10x100 progresivos
2- 30' cómodos + 15' progresivos
3- 50' suaves
4- 50' suaves
5- 5 km calentamiento + TC en cuesta + fuerza

Semana del 18 al 24 de junio
1- 30' suaves + fuerza de tren inferior
2- 45' progresivos
3- 50' suaves
4- 30' suaves + 4 x100 progresivos
5- Test: 1.500 + 1.000 + 400 (primer contacto con la pista: hecho en 5’50 + 3’50 + 1’19 y casi vomito por el esfuerzo, ¡qué largas se me hicieron las vueltas!)

Semana del 25 de junio al 01 de julio
1- 30' suaves + fuerza de tren superior
2- 20' calentamiento + 10x100 cuestas al 80% + 15´en progresión
3- 35' suaves + fuerza
4- 10 km progresivos
5- 10 km suaves + 5x200 pista sub 38´´ (segundo contacto con la pista: series en 33", 35", 37", 36", 32" y con dudas… me lo pasé bien… eso sí, tengo que mejorar mucho mi técnica porque… ¡uf!)

Semana del 02 al 08 de julio
1- 4 x (2 km 5:00 + 1 km 4:45) + TC
2- 10 km + progresivos + fuerza
3- 4 km calentamiento + 2x15 PA
4- 10 km a 4:50 + 4x100 + fuerza
5- 4 km + 3x1.000 (tercer contacto con la pista que me puso en mi sitio: los 2 primeros miles sub 4:00 pero en el tercero, colapsé, me bloqueé mentalmente y paré en el 600 m, no sé si iba demasiado deprisa o simplemente… no era el día)

Semana del 09 al 15
1- 10 km suaves
2- 10 km en progresión acabando a 4:30
3- 6 km a 5:00 + 4 km a 4:35 + 2 km a 4:20
4- 6-8 km suaves
5- 6-8 km suaves

Semana del 16 al 22 de julio: trotando a gusto del consumidor.




Nos vemos a la vuelta.

jueves, 12 de julio de 2012

10 K Correcaminos

La verdad es que hace ya más de un mes que corrí esta carrera, de hecho, fue a la semana siguiente de la Carrera de los Amigos, pero es que… me he dormido en los laureles y no sé por qué, al final ni escribí crónica, ni memorias, ni pensamientos, ni sensaciones… y es que ya, casi ni me acuerdo.

Así es que, para no ser muy pesada y simplemente por tener un registro de mi actividad atlética, jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, voy a escribir una breve crónica de esta carrera que además de ser divertida y solidaria, para mí especialmente fue un punto de encuentro con antiguos compañeros del cole… qué cosas, verdad? Y es que me estoy dando cuenta de que esto “de correr” tiene muchas ventajas y une muuuuuuucho o ¿debería decir reúne?.


En fin, pues eso… domingo 03 de junio de 2012, se levanta el día muy soleado y caluroso, me levanté muy tranquila porque al ser una carrera cerca de casa y además como no la iba a competir (no estaba el horno para bollos), no me pegué un madrugón excesivo y tampoco me estresé con la “adrenalina de la competición”.

Llegamos Mario y yo a la zona de salida, había bastante gente, era la primera edición de la carrera pero creo que consiguieron con creces sus objetivos (además de la recaudación por la causa que se defendía). Me encontré con viejos compañeros del cole a los que hacía años que no veía (fue un día muy agradable chicos, además de la carrera y la comida de después, fue divertido rememorar viejos tiempos), por allí estaba Sebas que haría las fotos de la carrera (gracias Sebas por tu trabajo y por esas fotillos “personalizadas”), nuestro amigo Javi y algún amiguete más de Mario, vamos… lo que viene a ser una carrera de reencuentros con amigos.

Así sin más nos pusimos en salida Luis, Javi y yo, Dani se quedaría por detrás y Mario que no consiguió dorsal, nos esperaría unos metros por delante. Lo dicho, como era una carrera por tierra venía muy bien como entreno, así es que me dije “a dar lo que pueda, sin prisa pero sin pausa”, ya he comentado muchas veces que aunque sea entrenando, aunque no sea importante, siempre doy todo lo que tengo… no consigo regularme, al final en este caso aunque no fue mucho, volví a dar lo que tenía.

Salimos, hacía mucho calor y 10 km se extendían por un camino de tierra y piedras, con un paisaje seco y árido, con alguna que otra cuestecilla. Mario iba conmigo así es que me ayudo a regularme, a ir tranquila, pensando, guardando en las subidas y dejándome ir un poco en las bajadas, “Raquel, con cabeza, piensa… no te precipites” me decía. Y es que claro, a pesar de mi mala forma física, siempre hay chicas cerca con las que batirse algún puesto, nunca sabes lo que puede significar que te pasen o que adelantes, pero hay que tratar de ser consecuente con el esfuerzo y no perder mucho para que no te pase factura.



Fuimos bastante tranquilos (Luis, Javi, Mario y yo), regulando mucho tiempo hasta que alguien cantó “tercera y cuarta chica” cuando pasábamos una chica y yo… lo que me puso nerviosa, Mario me miró y me dijo “con calma, deja que tire ella… adelanta sólo si te sientes con fuerza”, esto debía ser el km 6 más o menos. Y eso hice, me puse a su rueda dejando que hiciera ella la carrera, sin perderla y sin pasarla, hasta el km 8 en el que notamos que flojeaba y entonces me dije “ahora es cuando tengo que sacar todo lo que me quede… ¡voy!” y la pasé. Ella me siguió unos metros, Mario me preguntó si estaba segura, le dije que sí y apreté más… hasta que poco a poco me fui despegando. No recuerdo si Luis nos seguía, sin embargo Javi hacía tiempo que se había ido por delante (no pude seguir su ritmo).

A falta de un km, de repente me adelanta otra chica (a la que ya había visto muy fresca durante toda la carrera) y me digo “vaya por Dios, pues creo que no voy a poder ir más… otra vez será” y es que ya iba muy al límite y no me encontraba con fuerza de seguir su ritmo, pero al pasar me dijo “tranquila que sigues tercera… ¡ánimo que puedes!” (al parecer no iba compitiendo), pero aún así apreté, creo que no la creí y dije que tenía que intentarlo (no sé por qué).


A falta de un km Mario me dice que como no lleva dorsal él se va a retirar (para evitar conflictos), va a buscar a Javi que iba unos 200 m por delante y le dice que me acompañe hasta meta, que voy tercera pero que me “pisan los talones”. Así es que ni corto ni perezoso, no se lo piensa y me espera… adelantamos a la chica que supuestamente no iba compitiendo y como Javi no lo sabía, me llevó apretando a toda leche hasta meta, dándome ánimos y exprimiendo todo lo que me quedaba para que esta chica no nos cogiera (debía estar a unos 100 m más o menos). Creo que acabamos rodando a 4:00 los últimos 500 m, entre el calor y el sofoco, el cansancio y las piernas cargadísimas… cruzamos la meta en 47:38, no es un tiempazo lógicamente pero satisfecha con el resultado… siempre es divertido subir a pódium y más si estás “en casa”.


Y como siempre, gracias Mario por tu compañía, paciencia, apoyo y ánimos… a ti Javi por ese último km tan extenuante y divertido con un gran sprint final, al resto de amigos por animarme y estar allí aguantando al sol por verme subir al pódium, a Sebas por tus fotos tan chulas y míster…