La verdad es que intentar escribir una crónica o cualquier cosilla después de tanto tiempo pasado… es complicado, así es que no creo que pueda escribir mucho sobre aquél último 800 de la temporada de pista.
Lo poco que recuerdo es la sensación que tenía antes de empezar, por algún motivo extraño pensé que podría mejorar mi marca, que era mi última oportunidad y que tenía que darlo todo porque ya no habría más ocasiones (hasta el año que viene… supuestamente). Al fin y al cabo había trabajo algo más que mi primera prueba, ya tenía un poquito más de experiencia, algunas competiciones más entre medias… así es que pensé “¿y por qué no?”.
Pues nada… allá que fuimos a Arganda.
Una vez allí, lo típico, saludas al resto de compañeros y compañeras que van a correr, un poquito de charleta para eliminar tensión y a calentar… pero hacía calor, según iba calentando algo fue cambiando en mi cabeza, las sensaciones no eran las mismas. Hasta que llegó el momento de ponerse en la línea de salida, ninguna reflexión más, simplemente tenía que controlarme en la primera vuelta, intentar no pasarme (como de costumbre) y luego darlo todo, pero en lo único que pude pensar fue “es el último, hay que ir a por todas”.
Y ahí estaba, en la salida, esperando las indicaciones, esperando el disparo y dispuesta a salir… ¡bang! Y salí mal… me tocó en una posición alejada y al intentar coger la cuerda, me tropecé con varias chicas, con lo que eso aceleró mi pulso, me puso nerviosa y me descontrolé… aunque intenté recuperar ya la sensación de haber hecho algo mal no me la pude quitar de encima, así es que… pasé el 400 tres segundos por encima de lo que tendría que haberlo hecho… ¡tres segundos! Qué cifra más insignificante, ¿verdad? Algo que parece una tontería lo que puede desviarte de tu objetivo.
Ya poco más quedaba, intenté recuperar en la segunda vuelta pero me fue difícil, aunque adelanté a alguna chica y al final incluso me permití un último sprint… no fue posible, no conseguí entrar en menos tiempo que mi primer 800. No conseguí bajar esos 2’41”, me he mantenido en todas mis pruebas en ese mismo tiempo, segundo arriba, segundo abajo… pero vamos… un cierre de temporada triste y con el que acabé bastante enfadada. Una pena, después de lo que me había divertido con la pista… no haber conseguido este pequeño reto, esa pequeña mejoría… me dejó muy mal sabor de boca.
Eso sí, me llevé una pequeña sorpresita cuando en las gradas vi a mi amigo Dani con su familia… muchas gracias por ese ratito aunque “¡vaya espectáculo el que fuisteis a ver!”. Y muchas gracias también a Mario que por supuesto estaba allí conmigo (aguantando el chaparrón como de costumbre). Y como no, gracias a Juanjo por haberme metido en esta aventurilla tan loca, así como “quien pasa por aquí”, sólo por probar y ver qué pasa, porque la verdad he descubierto que el 8 me gusta… ya era mi número favorito, así es que quizás sea que estamos predestinados.
¡¡¡Hasta la temporada que viene!!!
Y cambiamos de registro… próximo objetivo 29 de septiembre de 2013: Maratón de Berlín.
1 comentario:
Quien sabe si de cara a Berlín este paso por la pista te puede dar una alegría mayor, vamos , vamos que no queda nada y esos 800 te han puesto muy rápida.
Un abrazote
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