domingo, 16 de septiembre de 2012

Calentando motores


En estas semanas poco tengo que contar… de momento seguimos calentando motores, rodando y rodando, en busca de la “forma perdida”.

Otra semana más por el parque, con la temperatura ideal de las mañanas, con el amanecer de fondo y probando en algún que otro progresivo hasta dónde podía llegar. Unos entrenos que van buscando despertar el corazón, subirle de pulso y encontrar esa chispa que todavía está tan dormida.

Pero no están siendo fáciles, arrancar es complicado, ponerse en marcha cuesta, el estado de ánimo se viene abajo, el entorno y las situaciones diarias te confunden, te llevan a malgastar energía y al final… no estás segura de que lo que has hecho, haya merecido la pena o sirva para algo.

Semana del 27 de agosto al 02 de septiembre: 45 minutos suaves de entre ellos, dos días en progresión acabando a 4:50.

Esa semana da paso a otra en la que bajamos carga, volviendo a los 30 minutos suaves. Sigo buscando ese puntito, se trata de hacer menos tiempo pero intentando ir más rápido… sigo buscando la forma pero cuesta, no la encuentro, me pesan las piernas, el pulso va muy alto y sólo consigo rodar a 5:15. Estos días cambio la rutina y en lugar de los entrenos matutinos, paso a hacerlos a última hora de la tarde, cambiando de recorrido, otro parque… ¿será que mi cuerpo no está adaptado a otros horarios?



Al final, la semana del 03 al 09 de septiembre acabo haciendo 5 entrenamientos de 30 minutos algo menos suaves, pero con malas sensaciones. Molestias en la rodilla me hacen pensar en el “otra vez la dichosa adaptación… ¿y ahora qué más?”. Intento no prestarle atención, descargamos piernas, pero el dolor sigue latente… al menos no me impide correr, molesta, quizás me está avisando, pero de momento puedo seguir… y mi corazón sigue entre las 185-195 ppm. No veo avance.

La última semana de entrenos ha sido un mix de ritmos, lugares, horarios, sensaciones… y seguimos. Volvemos a subir a 40 minutos, esta vez algo más rápidos pero de la misma forma, difíciles, con pesadez y con la sensación de que me falta el aire.

Un par de entrenos en el JCI, los últimos de la pretemporada… cambio de rutina, cambio de horarios, no hay más madrugones y paso a partir de ahora a los entrenos del medio día. Me despido de mis amigos los abueletes, que todas las mañanas me saludaban, me animaban, se paraban a charlar conmigo y a los que echaré de menos… “hasta el año que viene señores, ha sido un placer encontrarles cada día”.



Otro entreno por el parque al lado de casa, a duras penas consigo un ritmo de 5:05 y las piernas que siguen pesadas… “¿pero es que esto no termina nunca?”. Tranquilidad, respiro y consulto si esta situación es o no normal… parece que sí, así es que intento concienciarme que es lo “que toca” y que poco a poco llegará… “tranquila Wonder, hay tiempo”.

Termino la semana con dos entrenos que me dejan bastante satisfecha… “¡por fin consigo rodar por debajo de 5:00!”. Parece una tontería, pero al final es una inyección de moral y de ánimo… y te das cuenta que rodar en compañía es mucho más fácil, no te das cuenta cuando lo estás haciendo, no te percatas de tu ritmo o de tu pulso, aunque voy sin aire, al final consigo sacar ese poquito más que me está faltando. ¡Qué fácil es ir a rebufo! ¡Pero qué bien sienta!

Termino así la semana del 10 al 16 de septiembre, con rodajes de 40 minutos más alegres.

Y seguimos calentando motores… esto todavía no ha empezado, ¿vamos a por un poquito más?. Nos vemos dentro de poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sigues sumando, Raki, y eso es lo que cuenta, ir añadiendo poquitos. ¿Qué somos las madres-mujeres-trabajadoras, sino hormiguitas del atletismo?
Vamos a por más y mejores semanas, con sus luces y sus sombras.
Besines,